jueves, 20 de diciembre de 2007

Pétalos de rosa sintética.

¿Qué debemos perseguir en la vida? Uno crece y, dejando de lado las cotidianas menudencias que siempre nos atosigan con su insistencia insolente, nunca sabe a donde dirigir con fuerza el rumbo de la vida. - Algo habrá ¿no? – nos decimos. La verdad, la felicidad, la serenidad y todas esas “dad”. Absolutos, abstracciones, totalidades y otras patrias del pensamiento. Buscamos pureza o más bien el secreto de la pureza para poder separar lo superfluo y lo contingente de lo necesario y lo eterno. Pero la vida nos lleva por caminos que nada saben de nosotros, las circunstancias son mudos agentes sin intenciones que nos cercan y nos encierra en mentideros. Bajamos a los valles y nos vence la niebla, subimos montañas y nos marean las alturas. Diseñados para todo y realmente inútiles para cualquier cosa. Todo nos llega a los sentidos viciado y manipulado, de segunda o tercera mano. Ideas preconcebidas, sentimientos prefabricados, conductas regladas y sujetas a la buena educación o a la mala educación. La libertad muy lejos al final de la carrera y poco tiempo para tanto recorrido. Mi único gran logro es haber visto en todo este engaño una flor, una flor de plástico sí pero digna de ser bella. Es duro a veces deshojar esa rosa sintética pétalo a pétalo para ver si al final hay amor en alguna parte o la cabrona pureza que me tiene amargado ya con todo este juego al escondite.

2 comentarios:

Turandot dijo...

Como dijo Lennon, la vida es aquello que ocurre mientras hacemos planes. Y la verdad, qué razón tenía!.

Javier Chávez dijo...

Tal vez por eso mi postura es la inmovilidad. Sólo ver que pasa, abrir puertas pero no entrar. Mirar y maravillarme, mirar y asquearme. Pararme delante de la vileza y la virtud y observar.