martes, 11 de diciembre de 2007

Bolsa de boliches

Vuelvo de tomar una cerveza. Los lunes son peligrosos. Sales a tomar una cerveza y no ves tu casa hasta el miércoles después de bajar de un avión. Por suerte hoy no ha sido uno de esos lunes. Pero la cerveza me ha llevado a estar en medio de un grupo de gente de la cual solo conocía a dos personas. Italianos, laguneros, palmeros una suiza y una irlandesa. Nadie sabia qué hacia ahí, cada uno tenia su propia historia para explicar como había llegado a ese punto pero la historia no estaba acompañada de ninguna razón que tuviera algo que ver con la voluntad. Los lunes son a veces el laboratorio del azar. Durante una hora o dos se produjo esa magia que siempre esta acompañada de su dosis de alcohol, un atisbo de la eternidad. El tiempo desaparece y con el todos los lugares en los que anidan nuestras preocupaciones. Uno es feliz en ese momento, nada más fácil se presenta que la risa y la secreta repulsa a la barbarie que inexplicablemente acompaña al mundo. El momento nos rodea como una burbuja y dentro de ella nos tocamos irresponsablemente los unos a los otros soñando con todas las historias que van a nacer en ese momento. La realidad se abre como el regazo de una madre y nos sentimos acogidos como hijos que vuelven del frió o de la soledad. En ese atisbo de eternidad nos tocamos los unos a los otros como boliches dentro de una bolsa.

2 comentarios:

Turandot dijo...

Hace unos años viví en Madrid una situación parecida. De repente, y sin planificarlo, nos encontramos en un piso alrededor de 15 personas. No creo que más de dos fueran de la misma nacionalidad: había, recuerdo, un belga, un colombiano, una mexicana, una austríaca, un chileno, un brasileño, dos portugueses... nos reíamos diciendo que parecíamos un anuncio de Benetton. La verdad es que salvo alguna excepción, no nos conocíamos muy bien entre nosotros. Pero fué un momento muy loco, muy de encuentro, porque ninguno de los que estábamos allí pertenecíamos, en ese instante, a ningún lugar...

Javier Chávez dijo...

Situaciones así debieramos tener todos y más a menudo. Se verían las cosas de otra manera y sería más fácil imaginar el mundo de otra manera.