domingo, 9 de diciembre de 2007

Corazón de piedra


Nunca el corazón es de metal ni duro en extremo. Siempre se hallan grietas por las que entra todo el dolor del mundo. Incluso el corazón de piedra esta sembrado de ojos de aguja por los que se cuelan camellos con todo el dolor del mundo. Es así porque tiene que ser así. Como llamarle corazón si no fuera la puerta de la fuerza que mueve nuestra sangre con un ritmo ancestral inexcusable. Por eso no hay corazón inexpugnable ni soledad que nos salve. Ese secreto nos habla desde la sangre y es tierra fértil en la que crece nuestra angustia.

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