lunes, 10 de agosto de 2009

¿Qué es la vida?


La semana pasada he terminado de leer un pequeño librito, el único publicado de hecho, de Erwin Schrödinger, titulado de una manera que recuerda a la filosofía clásica griega, ¿Qué es la vida?.

Para aquellos que no lo conozcan decir que fue premio nóbel de física en 1933 por el desarrollo de la ecuación de Schröndiger y con ello uno de los padres de la actual física cuántica. Todos oímos de vez en cuando en las noticias desarrollos o descubrimientos de la fisica moderna y todos esos galimatías conceptuales son en su mayoría física cuántica. Recomendaría a todos con una mínima pretensión de comprender el mundo en cuanto naturaleza que hojearan alguito de ese capitulo de la historia del pensamiento humano cuando la cuántica dio un giro copernicano a la visión satisfecha y mecanicista que imperaba.

El libro en cuestión es el resultado de un serie de conferencias divulgativas que Schröndiger ofreció. Lo que lo hace bastante asequible a todos los que aun recuerden algo de biología y física del bachillerato. En él Schröndinger nos conduce por una argumentación que intenta llegar a dos conclusiones: 1) La biología, concretamente la genética, no posee leyes distintas o irreductibles a la física cuántica y 2) La trasmisión de la información genética depende de una molécula compleja pero formada de muy pocos átomos. (baste decir que en la época de la publicación no había asomado aun la palabra ADN)

Resumo esto del libro en honor a su importancia, pero no es por esto por lo que he decidido hablar de el sino por su epílogo. Un pequeño texto que en mi edición ocupa tres páginas bajo el titulo: Sobre el determinismo y el libre albedrío. En esas tres páginas se nos presenta un Schröndiger filosofando sobre lo que no puede ser otra cosa que su personal visión de la existencia. Habla de las upanisad, del vedanta, de la mística medieval, del carácter ilusorio del yo, la noción de individuo como engaño dentro de una conciencia plural unificadora... etc etc. Con qué placer he terminado ese libro y con qué decepción me enfrento cuando en mi posterior búsqueda no encuentro ni una sola referencia a estas tres páginas del libro. Supongo porque no se consideraría parte del corpus científico aprobado. Pero lo cierto es que cada uno de esos genios que marcan el hoy de la filosofía de la naturaleza habla queriendo o sin querer de una visión extremadamente oriental del mundo. Hay que reconocer que el término oriental es de lo más desafortunado estableciendo una separación forzada e hija de mil connotaciones que nada tienen que ver aquí. Ese pensamiento ha sido minoritario tal vez pero no exclusivo de las culturas orientales. Basta leer a Schopenhauer o Nietzsche por ejemplo. Lo cierto es que en esa linea de pensamiento, en esa perspectiva es donde se puede encontrar aire fresco y un espacio al que se puede escapar y tal vez también vivir.

Y para no aburrir ni aburrirme más, quisiera añadir a modo de broma un tercer punto de importancia a la hora de resumir ese librito de Schröndinger: 3) El tao esta en los átomos o los átomos están en el tao (como prefieran)

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