jueves, 5 de febrero de 2009

La Voz

Tuve tu voz en mis manos, caracoleando entre mis dedos. Nunca conjuró una palabra. Llegó el dia en el que tuvo alas. Echó a volar lejos de mi. Siguiendo su propio sueño. Ya no la veo en el horizonte. Mejor vuelvo a casa, es de noche y no hay nada que decir.

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