¿Qué debemos perseguir en la vida? Uno crece y, dejando de lado las cotidianas menudencias que siempre nos atosigan con su insistencia insolente, nunca sabe a donde dirigir con fuerza el rumbo de la vida. - Algo habrá ¿no? – nos decimos. La verdad, la felicidad, la serenidad y todas esas “dad”. Absolutos, abstracciones, totalidades y otras patrias del pensamiento. Buscamos pureza o más bien el secreto de la pureza para poder separar lo superfluo y lo contingente de lo necesario y lo eterno. Pero la vida nos lleva por caminos que nada saben de nosotros, las circunstancias son mudos agentes sin intenciones que nos cercan y nos encierra en mentideros. Bajamos a los valles y nos vence la niebla, subimos montañas y nos marean las alturas. Diseñados para todo y realmente inútiles para cualquier cosa. Todo nos llega a los sentidos viciado y manipulado, de segunda o tercera mano. Ideas preconcebidas, sentimientos prefabricados, conductas regladas y sujetas a la buena educación o a la mala educación. La libertad muy lejos al final de la carrera y poco tiempo para tanto recorrido. Mi único gran logro es haber visto en todo este engaño una flor, una flor de plástico sí pero digna de ser bella. Es duro a veces deshojar esa rosa sintética pétalo a pétalo para ver si al final hay amor en alguna parte o la cabrona pureza que me tiene amargado ya con todo este juego al escondite.
2 comentarios:
Como dijo Lennon, la vida es aquello que ocurre mientras hacemos planes. Y la verdad, qué razón tenía!.
Tal vez por eso mi postura es la inmovilidad. Sólo ver que pasa, abrir puertas pero no entrar. Mirar y maravillarme, mirar y asquearme. Pararme delante de la vileza y la virtud y observar.
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